El “volante” de su vida

Este artículo se desprende del trabajo como psicóloga clínica y de la escucha de un deportista de alto rendimiento.

El psicoanálisis es una herramienta eficaz para comprender la psicología profunda de los deportistas. El atleta participa del deporte no solo con su habilidad sino con toda su personalidad, formada por su historia infantil y situaciones actuales. Las dificultades en la consecución de los logros están relacionadas con elementos psíquicos a nivel consciente e inconsciente.1

Pedro inicia su proceso analítico con un claro motivo de consulta “mejorar la comunicación con su familia”.

Desde los inicios de su adolescencia abandonó el hogar para ir en busca de un sueño que poco a poco fue haciendo suyo, pero que le había sido impuesto por Otro. Su padre. El mandato familiar era claro, debía jugar al fútbol, ser bueno y llegar a primera sin cuestionamientos.

Él se reconoce como deportista “yo soy jugador de fútbol, volante, cinco, el que juega en el medio de la cancha”.

Con la llegada de la pandemia los entrenamientos se suspendieron y tuvo que retornar a su casa y convivir durante varios meses con su familia, situación que no vivía desde hace muchos años.

En un principio las contestaciones de su padre hacia su madre lo incomodaban, más aún que no lo enfrente. Se empieza a preguntar qué debería hacer, cómo debería resolver. Ésta molestia se hizo cada vez más insostenible, hasta que tuvo la necesidad de ponerlo en palabras. Lo cual no fue fácil, ya que desde su niñez se le inculcó el respeto, entendido como el no cuestionamiento. Para él fue natural aceptar las reglas de juego, respeto a la
norma y a la autoridad. No cuestionar al padre ni al técnico.

Un día en plena discusión parental Pedro interviene, causando gran sorpresa en su familia y sobre todo en sus padres.

Pretende lograr que fluya la comunicación entre ellos, que hablen del conflicto y resuelvan las diferencias.

Primero le advierten que no interceda. Al no lograrlo empiezan a “pegar dónde duele” según refiere. “Vos ya no vivís acá, no sabes nada”.

Lo acusan de que a partir de su señalamiento viene a hacer quilombo.
Claro que venía a “hacer quilombo” , venía a exponer una verdad de la que nadie quería hablar.

Isidoro Vegh se refiere a los programas que los padres van poniendo en la PC de los hijos y que estos durarán hasta que empiece a surgir algo en torno a la pregunta del propio hijo, esto tiene que estar habilitado por el padre. 2

La reacción de su padre frente a su intervención hizo que Pedro pudiera empezar a habilitarse algunas preguntas frente a ideas que parecían incuestionables. Hablar con su padre le permitió entablar otra relación con la autoridad. Entendió que no era una falta de respeto expresarse cuando no estaba de acuerdo con él, en sus modos o en temas en particular.

Tras algunas sesiones lo veo por primera vez sonreír, se lo observa aliviado más tranquilo en cuanto a su convivencia en el hogar.

Con el tiempo los entrenamientos volvieron y decidió acercarse al técnico desde un lugar más amistoso y no manteniendo una postura distante. Conversar de cuestiones personales, hacer un chiste, quedarse un rato más en el vestuario.
Sin darse cuenta empezó a disfrutar los entrenamientos, probar jugadas y que salgan, volvió el juego, disfrutar. Algo del deseo reapareció, algo de su deseo acerca de quién quería ser.

El técnico y sus compañeros señalan este cambio, lo celebran “Estás distinto”.
Su rol de “volante” en la pandemia se había visto detenido. No había descarga posible. El deporte permite la sublimación y la reorientación de la energía libidinal para generar una descarga psíquica que sea socialmente aceptable. El pudo hacer algo por el equipo que tenía en casa y fue poder empezar a hablar de algo que no estaba permitido.

Por esto considero al deporte como una actividad terapéutica para quien la practique no solo por sus beneficios físicos sino también por lo que pone en juego desde adentro hacia afuera.

1 HTTPS://moisesdelaserna.es
2 Vegh.I.” senderos del análisis.Progresiones y regresiones. Paidós. 2015

Churrupit Cintia
Licenciada en psicología MP 47894