El deporte también es LGBT
Se puede decir que mucho ha cambiado en el ámbito de los deportes. Se han visto grandes avances, no solo los deportistas de la comunidad LGTB salen a practicar, sino que también, son activistas y se convierten en referentes para las nuevas generaciones. Promoviendo profundamente la inclusión y la lucha en contra del homo odio.
Lamentablemente, en la actualidad el homo-lesbo-trans odio sigue haciendo estragos en materia deportiva. Incesantemente, crecen las denuncias por discriminación y exclusión en estos espacios.
Olvidando que el deporte es una forma de socialización que hace raíz desde la infancia, convirtiéndose en una experiencia preponderante y de gran alcance que debe abordarse seriamente para dar lugar una real deconstrucción ya que estos siguen siendo ámbitos donde se mantiene una estructura de normatividad de género y homo odio.
Desde el momento en que les niñes comienzan a practicar deportes, es muy común que estén expuestos a un lenguaje que tiene una carga negativa. Por ejemplo, los padres y entrenadores pueden considerar aceptable llamar a les niñes «maricones». Otro gran y frecuente ejemplo son las ofensas contra un futbolista que juega mal o no
pone el pie donde lo tiene que poner, siempre se lo relaciona con ser una nena o un puto. No solo en los mismos equipos, sino también en los cánticos que se oyen desde las tribunas.
Son demasiados los casos en los que deportistas se animan a declararse abiertamente gay, temiendo siempre una reacción violenta por declarar su orientación sexual, incluyendo perder patrocinios o incluso su lugar en la lista. Fue el caso de Joshua Cavallo quien en 2021 se declaró abiertamente homosexual por medio de un emotivo y profundo mensaje en su cuenta de Twitter. “He estado peleando contra mi sexualidad durante más de seis años y ahora estoy orgulloso de poder descansar al respecto” declaraba en sus redes.
El ámbito del deporte en especial en el fútbol, han estado atravesados por el machismo del más crudo. “Salir del armario” debe significar romper un tabú dentro del deporte. Y que de una vez por todas, la orientación sexual de las personas no sean motivo de discriminación y acortar sueños para nadie.
Debemos seguir visibilizando para que esa salida de closet deje de ser noticia y se ponga énfasis en el desempeño deportivo como debe ser en realidad.
Es necesario entender que la orientación sexual no define a las personas, que la posibilidad de formar parte de la comunidad deportiva debe ser para todes iguales.
Los clubes deportivos, deben llevar adelante un abordaje agudo en cuestiones referidas al colectivo LGBT, para erradicar la discriminación y dar paso a una comunidad de pares cuyo único objetivo sea la intervención deportiva.
Creo que es importante hacer hincapié en que la educación puede cambiar el mundo y sus injusticias. Con educación, sensibilización y políticas; paulatinamente se irán abriendo las puertas del deporte profesional para las personas LGBTI.
“El deporte es un derecho humano”, proclama la Unesco y desde el activismo de muches deportistas llegaremos a ese momento donde la visibilidad dejará de ser noticia.
La revolución del arco iris llego para quedarse!